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Pascal, Blaise
Blaise Pascal (Clermont-Ferrand, Auvernia, Francia, 19 de junio de 1623 - París, 19 de agosto de 1662) fue un matemático, físico, filósofo y teólogo francés, considerado el padre de las computadoras junto con Charles Babbage. Fue un niño prodigio, educado por su padre, un juez local.
Sus primeros trabajos abarcan las ciencias naturales y aplicadas, donde realizó importantes contribuciones para la invención y construcción de calculadoras mecánicas, estudios de la teoría matemática de probabilidad, investigaciones sobre los fluidos y la aclaración de conceptos tales como la presión y el vacío, generalizando la obra de Evangelista Torricelli. También escribió en defensa del método científico.
Pascal fue un matemático de primer orden. Ayudó a crear dos grandes áreas de investigación, escribió importantes tratados sobre geometría proyectiva a los dieciséis años, y más tarde cruzó correspondencia con Pierre de Fermatsobre teoría de la probabilidad, influenciando fuertemente el desarrollo de las modernas ciencias económicas y sociales. Siguiendo con el trabajo de Galileo y de Torricelli, en 1646 refutó las teorías aristotélicas que insistían en que la naturaleza aborrece el vacío, y sus resultados causaron grandes discusiones antes de ser generalmente aceptados.
En 1646 su familia se convirtió al jansenismo, y su padre murió en 1651. Sin embargo, tras una profunda experiencia religiosa en el año 1654, Pascal sufrió una "segunda conversión". Abandonó las matemáticas y la física para dedicarse a la filosofía y a la teología, publicando en este periodo sus dos obras más conocidas: Las Lettres provinciales (Cartas provinciales) y Pensées (Pensamientos). Ese año también escribió un importante tratado sobre el triángulo aritmético. Entre 1658 y 1659 escribió sobre la cicloide y su uso en el cálculo del volumen de los sólidos.
Pascal tuvo una salud muy endeble a lo largo de toda su vida, y su muerte acaeció dos meses después de haber cumplido 39 años.
Biografía
Primeros años
Blaise Pascal nació en Clermont-Ferrand, el 19 de junio de 1623, en la región francesa de Auvernia. Perdió a su madre, Antoinette Begon, a la edad de tres años. Su padre, Étienne Pascal (1588-1651), era juez local, presidente de la corte de impuestos de Montferrand y miembro de la pequeña nobleza, que estaba también interesado en la ciencia y en las matemáticas. Blaise Pascal tenía dos hermanas, la menor de los tres, Jacqueline, y Gilberte, la mayor. Esta última, Gilberte Périer, escribió una biografía sobre su hermano, de gran valor histórico a pesar de su carácter subjetivo.
En 1631, poco después de la muerte de su mujer, Étienne Pascal se trasladó a París junto con sus tres hijos. Una vez ahí contrató como doncella a Louise Delfault, que acabaría convirtiéndose en un importante miembro del núcleo familiar. Étienne, que no volvería a casarse nunca, decidió educar por su cuenta a sus hijos, y los tres demuestran pronto muy buenas aptitudes intelectuales, en especial su hijo Blaise.
El joven Pascal comenzó a mostrar una asombrosa aptitud para las matemáticas y la ciencia: con tan sólo once años escribió un pequeño tratado sobre los sonidos de cuerpos en vibración. Su padre respondió ante esto prohibiéndole continuar dedicándose a las matemáticas hasta que cumpliese quince años, por miedo a que se perjudicaran sus estudios de Latín y Griego. No obstante, a pesar de sus prohibiciones, un día lo encontró escribiendo con un trozo de carbón en la pared una demostración independiente de que los ángulos de un triángulo suman dos ángulos rectos. A partir de ahí al niño (ahora con doce años) se le permitió estudiar a Euclides, y lo que es más importante, se le permitió sentarse a escuchar las asambleas de algunos de los mejores matemáticos y científicos de Europa, como Roberval, Desargues, Mydorge, Gassendi y Descartes en la celda monástica del padre Marin Mersenne.
Atrajo especialmente el interés de Pascal el trabajo Desargues sobre secciones cónicas. A partir de sus trabajos, un joven Blaise Pascal de tan sólo dieciséis años escribió su primer trabajo serio sobre matemática, a modo de prueba, llamado Essai pour les coniques ("Ensayo sobre cónicas") y se la hizo llegar al padre Mersenne en París. Esta obra se perdió, pues no fue publicada, y sólo nos queda un fragmento de una copia realizada por Leibniz (que había recibido el manuscrito completo a través del sobrino de Pascal, Étienne Périer). En su trabajo, Pascal establece que si un hexágono se inscribe en una sección cónica, entonces los tres puntos de intersección de los lados opuestos forman una línea (llamada línea Pascal).
El trabajo de Pascal fue tan precoz que el propio Descartes, cuando le mostraron el manuscrito, se negó a creer que no fuese obra de Étienne Pascal. Cuando Mersenne le aseguró que se trataba de una obra escrita por el hijo, y no por el padre, Descartes comentó: "No veo extraño que haya ofrecido demostraciones sobre cónicas más apropiadas que las de los antiguos, pero se pueden proponer otros temas relacionados con este asunto que raramente se le ocurrirían a un chico de dieciséis años."2
Por aquella época, los puestos oficiales en Francia podían ser objeto de compraventa. Siguiendo esa práctica, en 1631 Étienne vendió su puesto de vicepresidente del Cour des Aides por unas 65.665 libras. Ese dinero fue invertido en bonos del tesoro, cuyas rentas suponían para la familia Pascal unos ingresos suficientes como para mudarse a vivir a París. Sin embargo, en 1638 Richelieu congeló los pagos de los bonos del tesoro ante la complicada situación financiera del país, inmerso en la Guerra de los Treinta Años. Eso supuso que la riqueza de la familia Pascal se desplomase de unas 66.000 libras a tan sólo 7.300.
Al igual que muchos otros ciudadanos, Étienne se vio obligado a huir de París por su oposición a las políticas fiscales del Cardenal Richelieu, dejando a sus tres hijos al cargo de su vecina, Madame Sainctot. El perdón para Étienne sólo llegó cuando su hija Jacqueline actuó en una obra infantil a la que Richelieu asistió, cayéndole en gracia.
Tras ese episodio, Étienne fue nombrado por Richelieu como encargado de cobro de impuestos en Ruán, Normandía. Lo que, lejos de ser un premio, se convirtió en una labor titánica, puesto que los archivos fiscales de la ciudad se habían vuelto un caos. En 1642, en un intento de ayudar a su padre en esta tarea, que implicaba continuos y extenuantes cálculos de impuestos y deudas, Blaise (que todavía no había cumplido diecinueve años) inventó y construyó la llamada Pascalina, la primera máquina sumadora de la historia, precursora de las calculadoras de hoy. Era de funcionamiento mecánico y basado en engranajes. Los historiadores de la computación reconocen su gran contribución en este campo. La Pascalina era capaz de realizar operaciones como la adición y la sustracción. Se pueden encontrar dos ejemplares de la Pascalina en el museo de Zwinger, en Dresde,Alemania, y en el Musée des Arts et Métiers en París.
Sin embargo, y a pesar de la importancia de estas máquinas como precursoras de la computación, el aparato no supuso ningún éxito comercial debido a su elevado coste. Terminó convirtiéndose en un juguete y símbolo de estatus para las clases más ricas de Francia y de Europa. En cualquier caso, Pascal continuó añadiendo mejoras al diseño y construyó cincuenta máquinas a lo largo de la década siguiente.
Contribución a las matemáticas
Triángulo de Pascal. Cada número es la suma de los dos que están colocados encima de él. El triángulo demuestra muchas propiedades matemáticas además de presentar los coeficientes binomiales.
En 1653, Pascal publica el Tratado del triángulo aritmético (Traité du triangle arithmétique) en el que describe las propiedades y aplicaciones del triángulo aritmético o triángulo de Pascal, manera de presentar coeficientes binomiales (aunque los matemáticos chinos conocían el triángulo desde siglos atrás).
En 1654, incitado por Antoine Gombaud, caballero de Méré, quien le plantea el problema matemático de dividir una apuesta después de la interrupción anticipada de un juego de azar ("problema de los puntos"), Blaise mantiene correspondencia conPierre de Fermat y envía una primera aproximación al cálculo de probabilidades. El problema consistía en que dos jugadores quieren finalizar un juego anticipadamente y, dadas las circunstancias en las que se encuentra el juego, pretenden dividir el premio para el ganador de forma equitativa, teniendo en cuenta las probabilidades que tiene cada uno de ganar el juego a partir de ese punto. A partir de esa discusión nace el concepto de valor esperado o esperanza matemática. Años más tarde, Pascal formuló la hoy llamada Apuesta de Pascal, una reflexión filosófica sobre la creencia en Dios, basada en consideraciones probabilísticas.
El trabajo realizado por Fermat y Pascal en el cálculo de probabilidades permitió crear el marco de trabajo a partir del cual Leibniz desarrollaría el cálculo infinitesimal.
Después de atravesar una experiencia religiosa profunda en 1654, Pascal prácticamente abandonó sus trabajos en el campo de la matemática.
Filosofía de la matemática
La principal contribución de Pascal a la filosofía de la matemática tuvo lugar a través de su obra De l'Esprit géométrique ("Sobre el Espíritu Geométrico"), escrita originalmente como prefacio a un libro de texto de geometría para uno de los famosos Petites écoles de Port-Royal. La obra no fue publicada hasta más de un siglo después de su muerte y en ella Pascal trata el tema del descubrimiento de la verdad, argumentando que el ideal para descubrir esos postulados es a través de un método mediante el cual todos esos postulados se fundamenten en verdades ya establecidas. Al mismo tiempo, sin embargo, señalaba que esto era imposible, puesto que dichas verdades requerían también para su demostración la existencia de otras verdades sobre las que fundamentarse y que los principios iniciales eran, por tanto, imposibles de alcanzar. Basado en esto, Pascal argumentaba que el procedimiento utilizado en geometría era tan perfecto como era posible, asumiendo ciertos principios a partir de los cuales se desarrollaban el resto de postulados, si bien era imposible demostrar que esos principios iniciales fuesen ciertos.
Pascal también desarrolló en esa obra una teoría de la definición. Distinguió entre definiciones que son etiquetas convencionales hechas por el escritor y definiciones que se comprenden en el lenguaje, y que son admitidas y comprendidas de forma universal porque designan de forma natural el objeto de la definición. El segundo tipo serían características de la filosofía del esencialismo. Pascal defendía que sólo las definiciones del primer tipo eran importantes para la ciencia y las matemáticas, argumentando que esos campos debían adoptar la filosofía del formalismo formulada por Descartes.
En su obra titulada De l'Art de persuader ("Del Arte de la Persuasión"), Pascal profundizó en el método axiomático, y en especial sobre la cuestión de cómo se puede convencer a la gente de la aceptación de los axiomas sobre los que se basan las conclusiones finales. Pascal coincidía con Montaigne en que era imposible conseguir la certeza absoluta sobre esos axiomas y conclusiones mediante los métodos disponibles, y que tan sólo se podía llegar a esos principios a través de la intuición, lo cual subrayaba la necesidad de la sumisión a Dios para la búsqueda de la verdad.
Contribución a la física
Pascal trabajó en los campos de estudio de líquidos (hidrodinámica e hidrostática), centrándose en los principios de fluidos hidráulicos. Entre sus invenciones se incluye la prensa hidráulica (que usa la presión hidráulica para multiplicar la fuerza) y la jeringuilla.
Dibujo esquemático de un barómetro.
En el año 1646, Pascal ya conocía los experimentos de Evangelista Torricelli con barómetros. Tras replicar la creación de un barómetro de mercurio, para lo cual se coloca un tubo de mercurio boca abajo en un recipiente lleno de ese metal, Pascal comenzó a cuestionarse qué fuerza era la que hacía que parte del mercurio se quedase dentro del tubo y qué era lo que llenaba el espacio por encima del mercurio hasta el final del tubo. Por aquella época, la mayoría de los científicos consideraban que existía algún tipo de materia invisible, en lugar de simplemente el vacío. Este pensamiento se basaba en la noción aristotélica de que la creación es algo con sustancia, ya fuera visible o invisible, y que la sustancia está siempre en movimiento. Es más, Aristóteles declaraba que todo lo que está en movimiento debe estar a su vez siendo impulsado por algo. La noción del vacío como tal era una imposibilidad bajo las concepciones de la época.
Sin embargo, y tras una serie de trabajos experimentales en esta línea, en 1647 Pascal publicó Experiences nouvelles touchant le vide ("Nuevos Experimentos sobre el Vacío"), en donde detallaba una serie de reglas básicas que describían hasta qué punto varios líquidos podían estar soportados por la presión del aire. También ofrecía razones por las que lo que había por encima de la columna de líquido era realmente un vacío.
El 19 de septiembre de 1648, tras muchos meses de preparación, Pascal realizó junto con Florin Périer, el marido de la hermana mayor de Pascal, el experimento esencial para la teoría de Pascal. El relato, escrito por Périer, dice así:
"El clima incierto el pasado sábado (...) [pero] alrededor de las cinco de la mañana (...) se hizo visible el Puy-de-Dôme (...) por lo que decidí hacer un intento. Varias personas importantes de la ciudad de Clermont me pidieron que les hiciera saber cuándo haría la ascensión (...) estaba encantado de tenerles conmigo en este gran trabajo (...)"
"(...) a las ocho llegamos a los jardines de la Orden de los Mínimos, que tiene la menor elevación en la ciudad (...) Primero vertí dieceiséis libras de mercurio (...) en un recipiente (...) luego tomé diversos tubos de cristal (...) cada uno de cuatro pies de largo y herméticamente sellados en un extremo y abiertos en el otro (...) luego los coloqué en el recipiente [de mercurio] (...) I observé que el mercurio ascendía hasta 26" y 3½ líneas por encima del mercurio del recipiente (...) Repetí el experimento dos veces más estando sobre el mismo lugar (...) con el mismo resultado en cada ocasión (...)"
"Adherí uno de los tubos al recipiente y marqué la altura del mercurio y (...) solicité al Padre Chastin, de la Orden de los Mínimos (...) que vigilase si ocurría algún cambio a lo largo del día (...) Tomando el otro tubo y una parte del mercurio (...) anduve hasta la cima del Puy-de-Dôme, unas 500 brazas más alta que el monasterio, en dónde el experimento (...) mostró que el mercurio alcanzaba una altura de sólo 23" y 2 líneas (...) Repetí el experimento cinco veces con cuidado (...) cada uno en diferentes puntos de la cima (...) y resultó la misma altura del mercurio (...) en cada caso (...)"
Florin Périer
Pascal replicó el experimento en París, transportando el barómetro hasta lo alto del campanario de la iglesia de Saint-Jacques-de-la-Boucherie, a una altura de unos cincuenta metros. El mercurio cayó unas dos líneas. Estos y otros experimentos de Pascal fueron aclamados por Europa por establecer el principio y el valor del barómetro.
Además, haciendo frente a las críticas que establecían que debe haber algún tipo de materia invisible en el espacio vacío de Pascal, éste replicó a Estienne Noel a través de una de las principales afirmaciones que se hicieron en el siglo XVII sobre el método científico: "En orden a mostrar que una hipótesis es evidente, no es suficiente con mostrar todos los fenómenos que surgen de ella; por el contrario, si lleva a algo contrario a la hipótesis en un sólo caso, eso es suficiente para establecer su falsedad."
Su insistencia en la existencia del vacío también llevó a un conflicto con otros científicos prominentes, incluyendo a Descartes entre ellos.
Conversión religiosa
Pascal estudiando el cicloide, porAugustin Pajou, 1785, Museo del Louvre.
Biográficamente, en la vida de Pascal influyeron esencialmente dos cuestiones de cara a su conversión religiosa: la enfermedad y el Jansenismo. Desde los 18 años, Pascal sufrió una dolencia nerviosa que le hacía sufrir dolores casi todos los días de su vida. En 1647 sufrió un ataque de parálisis que le dejó impedido y le obligó a moverse con muletas. La cabeza le dolía, le ardían las entrañas, y sus piernas y pies estaban siempre fríos, necesitando complicados tratamientos para hacer circular la sangre, hasta el punto de que llevaba calcetines remojados con brandy para mantener el calor. Su enfermedad fue parte del motivo que le llevó a trasladarse a París con su hermana, para poder acceder a mejores tratamientos médicos. Su salud mejoró, pero su sistema nervioso quedó dañado de forma crónica. Eso hacía que sufriese también de hipocondría, lo que afectaba a su carácter y a su filosofía. Se volvió irritable, sujeto a bruscos arranques de ira, y en muy pocas ocasiones sonreía.
Durante el invierno de 1646, el padre de Pascal sufrió un accidente a sus 58 años: Deslizó en el hielo de una calle de Rouen y, al caer, se rompió la cadera. Dada su edad y el estado de la medicina en el siglo XVII, ese tipo de rotura podría ser muy grave, y puede que incluso fatal. Por entonces, en Rouen trabajaban dos de los mejores doctores de Francia, el Doctor Deslandes y el Doctor de La Bouteillerie. Étienne Pascal no dejó que nadie más que ellos le atendieran, lo que parece que fue una buena opción, puesto que sobrevivió a la rotura e incluso pudo volver a caminar. Sin embargo, la rehabilitación y el tratamiento llevó tres meses, tiempo durante el cual los dos doctores se convirtieron en huéspedes de la casa. Ambos eran seguidoresjansentistas, es decir, pertenecientes a un movimiento religioso denominado Jansenismo que surgió en la iglesia europea de los siglos XVII y siguientes. Esta pequeña secta estaba progresando rápidamente entre la comunidad católica francesa de la época y defendía el agustinismo riguroso.
Blaise habló con los doctores a menudo, y tras el exitoso tratamiento de Étienne les tomó también prestadas algunas obras de autores jansenistas. Durante este periodo, Pascal experimentó una forma de "primera conversión" y comenzó a escribir sobre temas teológicos a lo largo del año siguiente.
Étienne Pascal murió en el año 1651, dejando su herencia a Pascal y a su hermana Jacqueline, siendo Pascal el custodio de los bienes. Jacqueline anunció a Pascal su decisión de unirse a un convento jansenista de Port Royal, lo que afectó profundamente a su hermano, no sólo por su elección, sino también por su necesidad de cuidados por su mala salud.
"De repente comenzó una guerra en el hogar Pascal. Blaise suplicó a Jacqueline que no se marchase, pero ella permaneció inflexible. Le ordenó que se quedara, pero esto tampoco funcionó. En el corazón de todo esto estaba (...) el terror de Blaise a ser abandonado (...) si Jacqueline entraba en Port-Royal, tendría que dejar su herencia atrás (...) [pero] nada haría cambiar su mente."
A finales de octubre de 1651, se llegó a una tregua entre los hermanos. A cambio de una pensión anual, Jacqueline aceptaría el traspaso de su parte de la herencia a su hermano. Gilberte ya había recibido su parte de la herencia en la forma de una dote. En enero, Jacqueline partió hacia Port-Royal y ese día, según lo que relató Gilberte sobre su hermano, "se retiró muy triste a sus habitaciones sin ver a Jacqueline, que le esperaba en la salita (...)".
A mediados de junio de 1653, tras los que parece que pudo ser un continuo acoso por parte de Jacqueline, Pascal firmó el traspaso formal de toda la herencia de su hermana a Port-Royal, la que, para él, "había comenzado a oler como una secta." Pascal, a sus 29 años y con sólo un tercio restante del total de la herencia de su padre, se encontraba ahora en una situación económica bastante más delicada de la que había disfrutado hasta el momento.
Durante un tiempo, Pascal mantuvo una vida de soltero. Mostró un fuerte interés por una mujer mientras estuvo en Auvergne, refiriéndose a ella como la "Safo del campo." Durante esa época, Pascal escribió Discours sur les passions de l'amour ("Conversación sobre las Pasiones del Amor") y aparentemente se planteó el matrimonio, institución que más tarde describiría como "la más baja de las condiciones de vida permitidas a un Cristiano."
Jacqueline le reprochó su frivolidad sin éxito. Durante sus visitas a su hermana en Port-Royal en 1654, mostró un cierto desprecio por los asuntos mundanos, pero no se vio atraído por la idea de Dios.
Breve encuentro con la muerte
Se dice que en octubre del año 1654 Pascal estuvo involucrado en un accidente en el puente de Neuilly. Al parecer, los caballos se encabritaron y se zambulleron al agua, y el carruaje por poco les sigue detrás. Afortunadamente se rompieron las riendas, y el coche quedó colgando a medio camino del precipicio. Pascal y sus compañeros salieron ilesos del accidente, pero el filósofo, aterrado ante la cercanía de la muerte, sufrió un desvanecimiento y quedó inconsciente durante un tiempo. El 23 de noviembre de 1654, entre las 10:30 y las 12:30 de la noche, Pascal tuvo una visión de carácter religioso muy intensa, lo que le hizo recordar inmediatamente esta experiencia en una nota que escribió para sí mismo, y que comenzaba diciendo: "Fuego. Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filósofos ni de los eruditos (...)" y concluía citando el Salmo 119:16: "No olvidaré ninguna palabra. Amén." Parece que cosió este documento a su abrigo, y que lo traspasaba cada vez que cambiaba de ropa. Un sirviente lo descubrió por casualidad tras su muerte. A este escrito se le conoce hoy en día como Memorial. Por otro lado, la historia del accidente de carruaje como precursora de la experiencia descrita en el Memorial es discutida por algunos autores.
En cualquier caso, el hecho es que las creencias y la dedicación religiosa de Pascal se fortalecieron por esta época. Pascal visitó el más antiguo de los dos conventos en Port-Royal, permaneciendo en un retiro espiritual de dos semanas a comienzos de 1655. Durante los años siguientes, viajó entre Port-Royal y Paris, y fue en esta época cuando comenzó su principal obra literaria sobre religión, las Lettres provinciales.
Pascal abandonó las matemáticas y la física casi definitivamente para dedicarse a la filosofía y a la teología.
Lettres provinciales
A comienzos de 1656, Pascal comenzó a publicar un memorable ataque contra la casuística, un popular método ético utilizado por los pensadores de la Iglesia católica, y en particular por los jesuitas, siendo Antonio Escobar y Mendoza su mayor exponente. Pascal denunció que la casuística era la utilización de un razonamiento complejo como mero instrumento de justificación de la laxitud moral y de todo tipo de pecados, lo que en parte también constituía una apología a su amigo Antoine Arnauld. Su método de presentar sus argumentos era muy ingenioso: las Lettres provinciales se presentaban como un informe de un parisino a un amigo de las provincias sobre la moral y los temas teológicos que en ese momento importaban en los círculos intelectuales y religiosos de la capital. Pascal, combinando el fervor de un converso con la inteligencia y el estilo más pulido de un hombre de mundo, alcanzó un nuevo estilo dentro de la prosa francesa.
La serie de 18 cartas se publicó entre 1656 y 1657 bajo el seudónimo de Louis de Montalte e indignaron al rey. En 1660, el rey ordenó la destrucción y quema de la obra. En 1661, en mitad de la controversia teológica entre jansenistas y jesuitas, la escuela jansenista de Port-Royal fue condenado y cerrado. Aquellos que estaban involucrados con la escuela fueron obligados a firmar una bula papal de 1656 en la que se condenaban sus enseñanzas como heréticas. La última carta de Pascal, del año 1657, desafió al mismo Papa, y provocó que Alejandro VII condenase la obra. Sin embargo, todas esas medidas no impidieron que todos los eruditos de Francia las leyeran, e incluso el propio Papa, a la vez que se oponía públicamente a ellos, fue persuadido por algunos argumentos de Pascal. Condenó la laxitud moral en la iglesia y ordenó la revisión de los textos casuísticos unos años más tarde (1665-66).
Aparte de su influencia en el ámbito de la teología, esta obra está considerada como un modelo de prosa francesa y de ironía. Las Lettres provinciales se hicieron muy populares como obra literaria, y el uso del humor, la ironía y la sátira en sus argumentos hicieron de las cartas un objeto de consumo público, influenciando la prosa de escritores franceses posteriores como Voltaire o Jean-Jacques Rousseau.
La obra fue muy alabada por muchos autores. Voltaire dijo que las Lettres provinciales eran "el libro mejor escrito que ha aparecido hasta la fecha en Francia."Cuando Bossuet fue preguntado sobre qué libro le habría gustado escribir que no hubiese escrito él mismo contestó que las Lettres provinciales de Pascal.
Episodio milagroso
Cuando Pascal retornó a París tras haber estado supervisando la publicación de la última de las Cartas, su religiosidad se vio reforzada por su cercana relación con un episodio aparentemente milagroso que tuvo lugar en la capilla del convento de Port-Royal. Su sobrina Marguerite Périer, de 10 años, sufría una dolorosa fístula en el lagrimal que exudaba pus a través de sus ojos y su nariz, aflicción que los doctores que la habían tratado habían considerado incurable. El 24 de marzo de 1657, un creyente llegó a Port-Royal trayendo lo que él y otros acompañantes aseguraban que se trataba de una espina de la corona que había portado Cristo durante la crucifixión. Las monjas, en una ceremonia solemne en la que entonaron cánticos de salmos, colocaron la espina en el altar. Luego fueron pasando para besar la reliquia y una de ellas, viendo a Marguerite entre los fieles, tomó la espina y tocó con ella el ojo enfermo de la niña. Esa misma noche, al parecer, Marguerite mostró su sorpresa por no sentir ningún dolor en el ojo, y su madre quedó asombrada al descubrir que no había signo alguno de la fístula. Llamaron a un doctor, que informó de la desaparición de la úlcera. Asimismo, el propio doctor extendió la noticia de la cura milagrosa, y otros siete doctores que habían tenido noticias de la enfermedad de Marguerite la volvieron a examinar para llegar a la conclusión, documentada por escrito, de que había tenido lugar un hecho milagroso. Los oficiales diocesanos investigaron y llegaron a la misma conclusión, autorizando una misa Te Deum en Port-Royal. Desde ese momento, hordas de creyentes comenzaron a peregrinar para besar la espina, y toda la sociedad católica parisina aclamó el milagro. Más adelante, tanto los pro-jansenistas como sus opositores utilizaron este episodio milagroso tan bien documentado en su defensa. En 1728, el papa Benedicto XIII haría referencia a este caso como prueba de que la edad de los milagros no había finalizado.
Pascal llegaría incluso a crear un escudo de armas con el símbolo de un ojo rodeado por una corona de espinas, con la inscripción Scio cui credidi.19 Con sus creencias renovadas, comenzó a escribir su última e inconclusa obra, los Pensées ("Pensamientos").
Pensées
La obra teolófica más influyente de Pascal, conocida póstumamente como los Pensées ("Pensamientos"), no fue completada antes de su muerte. Se trata de una apología del cristianismo, que al parecer habría debido contener un examen coherente y una defensa de la fe cristiana bajo el título original Apologie de la religión Chrétienne ("Apología de la Religión Cristiana"), si bien de la obra sólo conservamos una serie de notas. Lo que se encontró entre sus efectos personales tras su muerte fueron numerosos papeles con ideas sueltas, agrupadas en una especie de orden provisional.
Una primera edición del libro, llamada de Port-Royal por la intervención de los amigos jansenistas de Pascal, apareció impresa en 1670 bajo el título Pensées de M. Pascal sur la religión, et sur quelques autres sujets ("Pensamientos del Sr. Pascal sobre la religión y algunos otros temas"), ocho años después de su muerte, y pronto se convirtió en una obra clásica de la literatura religiosa y filosófica. Una de sus principales estrategias era utilizar las filosofías contradictorias delescepticismo y el estoicismo, personalizadas por Michel de Montaigne, por un lado, y Epicteto por otro, con la finalidad de llevar al no creyente a un punto de confusión y desesperanza tal que pudiese acoger a Dios.
Esta estrategia fue considerada bastante arriesgada por Pierre Nicole, Antoine Arnauld y otros amigos y estudiosos de Port-Royal, que consideraron que estos "Pensamientos" fragmentarios podían llevar más al lector hacia el escepticismo que hacia la fe. Por ese motivo ocultaron las partes más escépticas, y realizaron algunas modificaciones sobre el resto, también con la finalidad de evitar que la Iglesia se ofendiera ante la obra, puesto que por entonces la persecución sobre Port-Royal había cesado, y los editores no estaban interesados en renovar las controversias teológicas.
La obra no se publicaría en su texto completo y original hasta el siglo XIX. Sería ya durante los siglos XIX y XX cuando aparecerían publicaciones más próximas al texto original. En cualquier caso, se considera una obra maestra, y un hito dentro de la prosa francesa. Comentando una sección en particular (el pensamiento #72),Charles Augustin Sainte-Beuve lo alabó como una de las mejores páginas escritas en francés.21 Will Durant, en su obra de 11 volúmenes sobre la Historia de la Civilización, considera la obra como "el libro más elocuente en prosa francesa."
En los Pensées, Pascal analiza varias paradojas filosóficas: el infinito y la nada, la fe y la razón, el alma y la materia, la vida y la muerte, el significado y la superficialidad que no lleva a conclusiones definitivas a parte de la humildad, la ignorancia y la gracia. Juntando todos estos conceptos y paradojas, Blaise desarrolla también la apuesta de Pascal.
Últimas obras y muerte
Epitafio de Pascal en Saint-Étienne-du-Mont, en donde fue enterrado.
T. S. Eliot le describió durante esta fase de su vida como "un hombre de mundo entre ascetas, y un asceta entre hombre de mundo." El ascetismo de su modo de vida derivaba de una creencia de que era natural y necesario en el hombre el sufrimiento. En 1659, Pascal, cuya salud nunca había sido buena, cayó gravemente enfermo. Durante sus últimos años intentó con frecuencia rechazar las indicaciones de sus doctores diciendo que "la enfermedad es el estado natural del cristiano."
Luis XIV suprimió el movimiento jansenista de Port-Royal en 1661. En respuesta, Pascal escribió una de sus últimas obras, Écrit sur la signature du formulaire ("Escrito sobre la firma del formulario"), exhortando a los jansenistas a no rendirse. Más tarde ese mismo año murió su hermana Jacqueline, lo que hizo que Pascal cesase en sus polémicas sobre el jansenismo.
En 1662, la enfermedad de Pascal se agravó. Siendo consciente de que su salud se marchitaba rápidamente, solicitó ser trasladado al hospital para enfermedades incurables, pero sus doctores declararon que estaba demasiado inestable como para ser transportado hasta ahí. En París, el 18 de agosto de 1662 Pascal comenzó a sufrir convulsiones, y recibió la extrema unción. Murió a la mañana siguiente, a la edad de 39 años, pronunciando como últimas palabras "Que Dios nunca me abandone". Pascal está enterrado en el Cementerio de Sain-Étienne-du-Mont.
Una autopsia realizada tras su muerte reveló graves problemas en su estómago y en otros órganos de su abdomen, así como daños en el cerebro. A pesar de la autopsia, nunca se llegó a determinar con exactitud cuál fue la causa de su continua mala salud, a pesar de que las especulaciones se centran en la tuberculosis, el cáncer de estómago, o en una combinación de ambas. Las jaquecas que sufría se atribuyen generalmente a su lesión cerebral.
Legado
En honor a sus contribuciones científicas se otorgó el nombre Pascal a la unidad de medida de la presión, al Principio de Pascal, al triángulo de Pascal y a la apuesta de Pascal. Más adelante, también se utilizó su nombre para denominar a un lenguaje de programación.
El desarrollo que Blaise Pascal hizo en el campo de la teoría de la probabilidad fue su contribución más influyente en el campo de las matemáticas. Originalmente se aplicó a los juegos de azar, pero hoy es extremadamente importante en el campo de la economía, y en especial en el de la ciencia actuarial. Sobre el particular, John Ross escribió: "La teoría de la probabilidad y los descubrimientos que la siguieron cambiaron la forma de ver la incertidumbre, el riesgo, la toma de decisiones, y la habilidad de la sociedad y de los individuos de influenciar el curso de los eventos futuros." Sin embargo, debe tenerse en cuenta que Pascal y Fermat, a pesar de realizar importantes labores de inicio de la teoría de la probabilidad, no desarrollaron mucho el campo. Sería Christiaan Huygens, tras conocer el tema a través de la correspondencia entre Pascal y Fermat, quien escribiría el primer libro sobre el particular. Otras figuras que continuaron el desarrollo de ese campo matemático serían también Abraham de Moivre y Pierre-Simon Laplace.
En el mundo literario, Pascal es reconocido como uno de los autores más importantes del periodo clásico francés, y hoy en día se le considera uno de los más grandes maestros de la prosa francesa. Su uso de la sátira y del ingenio influenció en autores posteriores. El contenido de su obra literaria se caracteriza por su fuerte oposición al racionalismo de René Descartes y su simultánea afirmación de que la filosofía opuesta, el empirismo, es también insuficiente para alcanzar las verdades últimas.
Pensamiento
El pensamiento de Pascal puede ubicarse dentro de la concepción esencialista dualista, dentro del racionalismo antropológico, porque considera, al igual que dicha teoría, que el hombre se compone de cuerpo y alma. Señala, también, que el hombre conoce el universo a través del pensamiento, al igual que lo hace con otras facultades (como el "corazón").
Pascal afirma que el hombre es un ser de "contradicciones", que es un ser grandioso y miserable a la vez. La grandeza del hombre proviene de conocer su miseria. La esencia del hombre, para Pascal, es su pensamiento y es lo que lo hace grande y único. El hombre es un ser mortal sometido a las enfermedades, al dolor, sin embargo, en tanto él conoce su condición es grandioso, y esto es posible gracias al pensamiento.
El universo comprende al hombre a través del espacio, porque este último forma parte del primero. A su vez, el hombre comprende al universo, porque el hombre sabe qué es el universo y sabe que es parte de él, lo que representa un sentido teórico. No es la sola posesión del pensamiento lo que hace grande al hombre, ya que el pensamiento puede ser utilizado de diversas maneras y puede ser desaprovechado. Junto al pensamiento, se requiere practicar la caridad.
Según Pascal el hombre evita pensar en sí mismo porque para el alma es una pena insoportable pensar en el fin de la vida. De ahí el origen de la diversión y de los pasatiempos (los juegos, la casa, la conversación en los salones, la guerra), que sirven a pasar el tiempo sin sentirlo, sin sentirse uno mismo y evitar pensar.
El alma no ve nada en sí misma que la contente, no ve nada que no la aflija, lo que la obliga a esparcirse en lo exterior, buscando perder el recuerdo de su estado verdadero. Su gozo consiste en el olvido y basta para hacerle desdichada obligarle a estar a solas consigo misma.
Pascal dice que el cuerpo y el alma son dos universos unidos y que uno es terrenal, efímero y limitado, mientras que el otro es espiritual, por el cual nos acercamos más a la eternidad de "Dios"; estando esperanzados en su Gracia. Señala que la verdadera sabiduría del hombre es darse cuenta de que es un ser contradictorio, conocer su grandeza y su miseria.